domingo, 18 de mayo de 2008

Mapamundi

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.

Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.


Cierto día, su hijo de 7años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.


De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recorto el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: "como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie". Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.


Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente."Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.


"Al principio el padre no creyó en el niño.


Pensó que sería imposible que, a su edad haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo.


Todos los pedazos habian sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posbile? ¿Cómo el niño había sido capaz?- Hijito, tu no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?- Papá, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre.


Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.


Timoteo 4:12
Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.

Efesios 5:1
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados

Tito 2:7
Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; haciendo ver integridad, gravedad

1 Pedro 2:21
Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas.


Es posible

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable.


El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'.


Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino". Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.


El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo tragó rápidamente.


Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "pero, ¿qué hizo...?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto...?" "Es muy sencillo, respondió el hombre... es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué". Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo...


Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras que dicen: "Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios" (Lucas 18:27).


Marcos 9:23
Jesús dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.

sábado, 3 de mayo de 2008

Himno de las Madres

Venid los moradores del campo y la ciudad
Y entonemos un himno de intenso amor filial,
Cantemos de las madres la ternura, el afán,
Y su noble atributo de abnegación sin par.

Celebremos todos la fiesta más bella,
La que más conmueve nuestro corazón,
Fiesta meritoria que honramos con ella
A todas las madres de la Creación.

Quien como una madre con su dulce
Encanto nos disipa el miedo, nos calma
El dolor, con sólo brindarnos su regazo
Santo con sólo cantarnos baladas de amor.

De ella aprende el niño la sonrisa tierna
El joven, la noble, benéfica acción
Recuerda el anciano la oración materna
Y en su alma florece la resignación.

Venid los moradores del campo a la ciudad
y entonemos un himno de intenso amor filial,
cantemos de las madres la ternura, el afán
y noble atributo de abnegación sin par.

Cubramos con flores la tumba sencilla
De madres que moran en la eternidad
Y ornemos con flores la frente que aún brilla,
Aún brilla y esplende la maternidad.

Para ella escojamos frescas azucenas
Simbólicas flores del alma ideal,
Blanca como el alma de las madres buenas
Y con algo místico y sentimental.

Albas estrellitas nítidas hermanas
De las que circundan la divina sien,
De la que es modelo de madres cristianas
Madres de Dios Cristo nacido en Belén.

Venid los moradores del campo y la ciudad,
Y entonemos un himno de intenso amor filial,
Cantemos de las madres la ternura, el afán,
Y su noble atributo de abnegación sin par.

Un clavo saca otro clavo

Hubo una vez un hombre que pensaba en cómo sacar un clavo de una tabla gruesa de madera, pues no tenía tenazas, sólo un mazo y unos clavos. Pasó mucho rato tratando de pensar la manera de sacarlo y cuando iba a desistir se le ocurrió una idea.

Tomó otro clavo y lo clavó sobre la cabeza del que quería sacar y de esta forma el primer clavo salió del otro lado de la tabla.

A veces tenemos un odio, un dolor, un resentimiento que hemos estado tratando de sacar de nuestros corazones y no hemos podido por lo arraigado que se encuentra.

Existen otros clavos que podemos usar para sacar esos primeros que nos lastiman tanto, puedes sacar:

El Rencor con el Perdón
El Odio con el Amor
La Tristeza con la Alegría
La Inseguridad con la Confianza
La Ira con la Paz
La Autolástima con la Aceptación

¿Cuál es el ese “clavo” que no has podido sacar? No importa cual sea, debes saber que tú no tienes por que tenerlo clavado!…pues ya hubo alguien que los recibió por tí en una cruz.

“El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.” -Gálatas 5:22-23

fuente: www.renuevodeplenitud.com

Un hombre llamado Pedro

Uno no puede dejar de notar a Pedro en los evangelios. Se lo ve como una persona de buen corazón pero rústica, siempre pugnando por estar en primera posición y haciendo declaraciones altisonantes. Cada una de las listas de los discípulos lo coloca en primer lugar, y Pedro aparece con frecuencia tratando de ocupar el centro del escenario. Como persona era bastante agradable, con un gran corazón y con un entusiasmo ilimitado. Pero tenía demasiadas aristas sin pulir. Oscilaba como un péndulo, era osado y valiente un momento y cobarde en el momento en que realmente tenía que ser valiente.


Cuando Pedro se sentó a escribir su primera carta o epístola universal, muchos años más tarde, él era ya un hombre muy cambiado. Uno puede detectar dicho cambio en las palabras que escoge: palabras como humillarse y someterse. La primera carta de Pedro no tiene nada del estilo agresivo y tosco que este apóstol exhibe en los evangelios. Está obedeciendo el último mandamiento que le diera Jesús: “Alimenta mis ovejas” (Juan 21:17). El tosco Pedro se ha convertido en un tierno pastor.

Para captar totalmente el impacto de la transformación de Pedro, basta con que uno lea acerca de él en los evangelios (especialmente el de Marcos), y luego pase directamente a su primera carta. El jactancioso y estrepitoso Pedro aconseja ahora a las esposas a tener el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible (1 Pedro 3:4) y a los maridos a tratar a sus esposas con consideración y respeto (1 Pedro 3:7). El hombre que una vez cortara una oreja defendiendo a Jesús (Juan 18:10) aconseja ahora sumisión a toda autoridad gubernamental (1 Pedro 2:13). Pedro cierta vez protestó vigorosamente la predicción que Jesús hiciera de su propia muerte (Marcos 8:32); ahora él propone solemnemente el sufrimiento de Cristo como ideal (1 Pedro 2:21-24).


Tomado del Nuevo Testamento Devocional de Estudio