martes, 5 de febrero de 2008

Verdadero Amor


Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que debía hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que llegara tarde esa mañana. -No, me dijo. Ella ya no sabe quien soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado. Y si ya no sabe quien es usted, ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas la mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: -Ella no sabe quien soy yo, pero yo todavía sé muy bien quien es ella. Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: -“Esa es la clase de amor que quiero para mi vida. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es…” Efesios 3:19, dice: “Y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Y 1era. de Juan 4:8, “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”.

Redacción Central/