lunes, 17 de marzo de 2008

¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?

Una historia china habla de un anciano labrador que tenia un viejo
caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapo a las
montañas. Cuando los vecinos del labrador le dijeron que mala suerte
tenía por perder el caballo, él les replicó:
¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?
Una semana después el caballo volvió trayendo consigo una manada de
caballos salvajes. Entonces sus vecinos felicitaron al labrador por
su buena suerte y éste les respondió:
¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?
Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos
salvajes, se cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto
como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir:
¿Buena Suerte?, ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?
Unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron
reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones.
Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron
tranquilo. ¿Había sido buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¿Quién sabe?
Todo lo que a primera vista parece contratiempo puede ser un disfraz
del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente
dañino. Así pues, será postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que
es buena y mala suerte, y le agradezcamos que todas las cosas se
conviertan en bien para los que le aman.