lunes, 17 de marzo de 2008

Proverbios 4:18

Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.


"Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado, mas en tu palabra echaré la red" Lucas 5:1-11

Las peticiones de Dios siempre son peldaños hacia las más grandes bendiciones de la vida. Simón Pedro es una buena ilustración de lo que sucede cuando le decimos que sí a Dios. En el pasaje de Lucas 5:1-11, vemos que las personas se agolpaban sobre Jesús mientras El predicaba. El Señor quiere usar la barca de Pedro como una plataforma desde donde se pueda dirigir a la multitud que está en la orilla. La petición de Jesús (v3) no era algo usual, pero la obediencia de Pedro inicia el camino de una vida de bendición y nos da un ejemplo de lo importante que es obedecer a Dios aún en las cosas más pequeñas. Jesús termina de enseñar y hace otra petición. “…boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar" (v4). Una nueva oportunidad para decir sí o no. Después de todo había trabajado toda la noche y nada había traído. Y ahora Jesús le esta diciendo que vaya a pescar. Y Pedro nuevamente decide obedecer. La noche anterior, una noche de perdida total y esa mañana, una mañana de abundancia (v7).

Haber dicho que sí dio como resultado un milagro que transformó la vida del pescador de una manera radical. Se convirtió en un pescador de hombres. Y conoció a Jesús de una manera diferente (v8). Jesús puede estar pidiendo prestada tu barca en este día. ¿Cuál va a ser tu respuesta?

Señor mi vida te pertenece, has con ella como quieras. Todo lo que tengo es tuyo, úsalo como quieras. Deseo conocerte en una dimensión diferente. Enséñame a esperar en Ti. Te lo pido en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén y amén.